Los Flaming Lips nos demuestran una vez más al paranoico de Coyne y la banda de chalados que lo acompaña. Descomposición auditiva que sobrevuela el disco en esos 70 minutos que dura el álbum con bellos temas que se abren entre la atmósfera pesada que ofrece en general Embryonic. La psicodelia se hace muy presente en cada corte y la distorsión por la que pasa la voz de Coyne nos hace disfrutar del contraste de los coros limpios y puros. Una obra irregular, larga y en cierta forma desgarradora con momentos culmen por los que la obra adquiere cierto equilibrio.
Carallada: La voz femenina tan distorsionada en la pegadiza I can be a frog proviene de la garganta de Karen O.
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